Para comenzar esta semana los dejamos con este disco solista de Sergio Sauvalle, editado el año 1966 por la Odeón, y que viene a ser un LP completo de sus composiciones, muchas de ellas creadas en su permanencia en el grupo Los Huasos Quincheros, del cual fue integrante desde 1960 hasta 1966 en una primera etapa.
Algunas de estas canciones fueron grabadas por ese grupo, y otras tuvieron una prospera vida siendo grabados e interpretados por otros músicos ante que por Los Huasos Quincheros, como es el caso del tema “El Corralero”, del cual posteamos hace algunas semanas su edición original por “Los de Las Condes”, grupo creado por el propio Sauvalle, mientras Los Huasos estaban separados tras la salida y el despido de dos históricos de la agrupación.
Este disco sorprende primero por ser el disco solista de alguien que a través de toda su carrera nunca demostró mucho interés en el escenario en ser solista. Una voz de tenor, no increíble pero si correcta y afinada, y un acompañamiento sencillo pero de calidad, con guitarras sin excesivos arreglos, perfecto para el perfil de este creador.
Al final del disco se ubican un par de temas con arreglos orquestales, pero la calidad de las canciones de Don Sergio no necesita tanta parafernalia para sus canciones que contienen ese tinte melancólico, propio de la creación que se realiza en estas tierras
Rescatamos una nota de El Mercurio publicada en enero de 2017 en que rescata la figura de Don Sergio:
Cuenta uno de los asistentes al almuerzo en el fundo "Viña Vieja", convocado hace unos años por don Augusto Rodríguez Ruiz de Gamboa, antiguo patriarca de San Vicente de Tagua Tagua, que -luego de una buena caminata por el campo- uno de los invitados se apartó del grupo y se quedó observando una yegua, a todas luces "cargada en años", y que padecía sus achaques con mucha distinción y sin mayores muestras de contrariedad.
Es que -sin duda- ella sabía de sus pasadas glorias, esas que le valieron el nombre de "La Princesa", cuando su garbo juvenil la destacaba entre tantas otras, aunque siempre -y hasta el final- mantuvo su proverbial ternura y mansedumbre.
Al regresar del paseo, nuestro personaje -que no era otro que Sergio Sauvalle Vergara, entonces integrante de "Los Huasos Quincheros" y célebre compositor nacional- pidió un lápiz y un papel, y trazó los primeros versos y los primeros acordes de una de sus más hermosas tonadas, "La yegua tordilla": "Qué pena me ha dado verla del potrero en una orilla; lento el paso medio ciega, mi vieja yegua tordilla. Y como si comprendiera que no es la misma de ayer, su relincho se oye triste como llanto de mujer".
Es que la sensibilidad para transformar en bellas notas y palabras inspiradas aquellos momentos de la vida que se absorben primero a través del corazón es privilegio absoluto de unos pocos bendecidos que, como Sergio Sauvalle, han asumido -sin buscarlo- la noble e irreemplazable misión de ayudarnos a vivir, en medio de las arritmias de cada día.
¡Con cuánta razón Benjamín Mackenna, por largos años compañero en "Los Quincheros", se ha referido a Sergio como "un ser lleno de poesía..."!
No es posible explicarse de otra manera canciones como "El corralero", "Guitarra mía", "De mañanita", "Dime", "De una mirada", "Porqué", "A la nochecita", "Mi perro ovejero", "La yegua tordilla", "La sole" y "El viejo molino", otra vivencia sureña, de la que escribió: "Cual brazos abiertos sus aspas al cielo, son como un anhelo de lo que se fue, y hoy solo es refugio de amores furtivos, el viejo molino al atardecer".
El singular talento de Sergio le permitió abordar la composición de variados estilos musicales, y alcanzó -con igual éxito- las más diversas audiencias, fundiendo su obra con los más grandes autores de nuestro cancionero folclórico.
En efecto, junto a él están inscritos -entre otros- los nombres de Osmán Pérez-Freire, Clara Solovera, Nicanor Molinare, Francisco Flores del Campo, Luis Bahamondes, Jorge Burgos, Luis Aguirre Pinto, Raúl de Ramón, Violeta Parra, Margot Loyola, Diego Barros, Jorge Bernales, Álvaro Correa y Willy Bascuñán.
Han pasado los años y en estos mismos días Sergio Sauvalle ha celebrado un nuevo cumpleaños; por este importante motivo fue visitado musicalmente en su casa por el Orfeón de Carabineros de Chile, que quiso rendir un homenaje a esta gran figura de nuestra canción chilena, interpretando varias de sus más famosas canciones, en un gesto hermoso y merecido de parte de una institución que ha cultivado y protegido -desde siempre- nuestros más grandes valores y tradiciones.
Hasta el momento este es el único disco solista de Sergio Sauvalle que hemos encontrado. Y a escucharlo
1. Siempre miro adelante - canción
2. El último adiós - zamba
3. Guitarra mía - tonada
4. Por tu ausencia - tonada
5. El corralero - tonada
6. La torzaca y el chincol - cueca
Lado B:
1. Mi perro ovejero - canción
2. Déjame solo - trova
3. La yegua tordilla - tonada
4. A la nochecita - tonada
5. El viejo molino - canción (Con Tito Ledermann y su Orquesta)
6. Triste sin tí - canción (Con Tito Ledermann y su Orquesta)
Letra y música de todos los temas: Sergio Sauvalle.
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