lunes, 8 de diciembre de 2014

Quilapayún: Tralalí Tralalá. 1728521 PM 261. Pathé Marconi - Emi. 1984. Francia








Si bien casi todos celebran los 30 años de la edición del disco La voz de los 80 de Los Prisioneros, habemos algunos pocos que también celebramos los 30 años de otro tremendo disco: Tralalí Tralalá de Quilapayún. Por aquella época viviendo en dictadura con acceso limitado a material histórico en las tiendas, y con ediciones locales en cassettes que tomaban registros de los 60’s y otros de los 80’s, ¿cuál era la posible reacción de un adolescente a un disco en que el Quilapayún, si ese mismo de la cantata, de la quena , la guitarra y las voces atronadoras,  se la jugaban en un disco por la batería, el bajo fretless, un tango, música minimalista, disonancias, rítmicas irregulares y una cantata de 10 minutos de lo mas adelantado en la música chilena?, pues este disco me voló la cabeza… ¿cómo era posible todo eso?, ¿qué había pasado entremedio para que el Quilapayún editara un disco así, y de que se trataba ese tipo de música que era difícilmente seguible si uno intentaba golpear el pulso con el pie en el suelo?. Fue un descubrimiento sonoro, un paso adelante que no fue nunca mas un paso atrás en los oídos que se encontraron con este disco, un disco difícil, que hay que dejar reposarlo en los oídos para que te siga sorprendiendo cada día a 30 años de su edición y que seguirá sorprendiendo a tantos que en el futuro se encuentren con él.

Era difícil armar la historia en aquella época, pero pasados los años pudimos tener una mayor claridad en relación al entorno artístico-histórico en que se encontraba el Quilapayún en esa época

Al año 1984 el conjunto Quilapayún sigue en su senda de búsqueda continua, si ya al año 1982 había editado su disco "La revolución y las Estrellas", que estaba basado fundamentalmente en un  concepto que pone el arte y la poesía sobre la contingencia política, faltaba plasmar este cambio en el discurso artístico con ciertos aires de cambio en el planteamiento musical. Y creo que este disco viene  a ser la encarnación de esa nueva dimensión musical que el Quilapayún quiere plasmar en sus conciertos tanto poética como musicalmente.

En términos generales las cosas para el Quilapayún no venían desarrollándose de la mejor forma en el exilio comenzando la década de los ochenta, si bien eran un conjunto reconocido en Francia, no eran un  grupo de éxito masivo, como si lo había logrado el Inti Illimani en Italia. Después de El Golpe de Estado y cada vez menos presente la lucha por la vuelta a la democracia en Chile, el conjunto tuvo que replantearse su discurso para poder lograr su permanencia en un medio que no era el suyo, y en donde los intereses artísticos son mucho más globales y permanentes. Esta búsqueda comenzó a plasmarse a través del disco Umbral el año 1979, después del año 1980 el conjunto quebró con el Partido Comunista, lo que por un lado le dio una mayor libertad artística, pero por otro lado le restó todo el aparataje organizacional que el partido podía apoyar en la difusión de su música. Así el año 1982 el Quilapayún edita su primer disco completamente a cargo de Pathé Marconi, cuando los discos anteriores eran producidos bajo el alero Dicap en el exilio, el año 1983 editan una compilación dedicada a Pablo Neruda, y pueden volver a Latinoamérica a realizar una serie de recitales, entre ellos algunos en México y en Argentina, este último publicado posteriormente en dos Lps.

El Quilapayún buscó que esta nueva fase artística del conjunto también quedara reflejada en una puesta en escena acorde con la nueva propuesta, así para la presentación de este disco en Francia el Quilapayún realizó una serie de conciertos en el Olimpia bajo la dirección escénica de Daniel Mesguich, que explotó los recursos escénicos de cada uno de los integrantes para una puesta en escena mas continua y profunda en su concepto y en su performance. Como dijo una vez Eduardo Carrasco, director del conjunto por aquella época, se buscaba profundizar el trabajo que alguna vez el Quilapayún había hecho sobre las tablas junto a Víctor Jara en lo que respecta a toda el conocimiento que tenía Víctor en la dirección Teatral y que encarnó en los primeros años del Quilapayún de manera fundamental.

Con un nuevo discurso artístico, una propuesta musical innovadora, y una puesta en escena de vanguardia el Quilapayún dio el inicio a esta nueva etapa que marca este disco, una sonoridad y una propuesta que quebraba de cierta forma lo que el conjunto venía planteando hasta el disco anterior. Así los argentinos que recibieron con algarabía al Quilapayún el año 1983, no pudieron entender que había pasado en un año para que el grupo viniese a presentar el año 1984 una serie de conciertos basados en una cantata de Galileo que duraba 10 minutos, y con una puesta en escena, y algunos sketch que no tenían un vinculo a lo que habían visto hace un año atrás. Tal vez la propuesta fue demasiado revolucionaria para la escena latinoamericana cuando su creación nació en el fundamento de hacer frente a un medio europeo.

Este disco conoció diversas ediciones, una en cassette en Chile fue editada en la época, también fue editado en Argentina, en España y Alemania, pero los resultados no fueron de los mejores. La EMI ya no estuvo interesada en publicar el disco en España dándole la licencia a Fonomusic, pasado el tiempo el conjunto editó algunos singles que le dieran algún espacio en las discos latinas de París, también con resultados que no satisficieron al sello francés, lo cual significó que el Quilapayún terminara grabando en forma independiente su próximo disco (Survarío 1987) y editándolo en un sello pequeño, saliendo del alero de Pathé Marconi.

Por otro lado la frecuencia de actuaciones del conjunto comenzaron a bajar, poniendo en riesgo la carrera de músicos profesionales que el conjunto siempre había tenido desde que llegaron a Francia (entendiéndose como músicos que vivían de la música), por lo cual pasados un par de años algunos integrantes comenzaron  a evaluar la opción de salir del conjunto para buscar mejores opciones económicas, como fue el caso de Willy Oddó el año 1987.

Como les relatamos si bien este disco viene a marcar el inicio de la debacle “comercial” de Quilapayún en el medio europeo, por otro lado marca una de las propuestas artísticas mas interesantes que ha dado la música chilena, tan así, que el disco aun llega a sonar raro a pesar del paso del tiempo, aun suena moderno, y aun tiene mucha de la vanguardia que rompió los horizontes musicales de muchos de los adolescentes que escuchamos ese disco hace 30 años atrás.

¿Qué otros datos podemos agregar al disco?,

-Que la fotografía de la portada fue tomada por Alejandro Stuart, creemos que en alguna actuación del conjunto en México. Este fotógrafo y artista chileno también estuvo detrás de la fotografía del conjunto que acompaña al disco Adelante. Esta propuesta de una foto de los integrantes del conjunto en la portada es la primera en un disco de estudio de Quilapayún en el exilio, y la segunda dentro de su carrera hasta ese año, siendo la primera la fotografía de Quilapayún 1

-Que el disco en su edición original contiene un tema interpretado en Francés, Complainte de Pablo Neruda (incluido originalmente en el disco Chante Neruda de 1983), que fue reemplazado por otros temas en las ediciones española y argentina.

- Que el título del disco está extraído de un verso del libro Altazor de Vicente Huidobro, libro que serviría como base para una parte de la Obra Dialecto de Pájaros que compondría Patricio Wang y que estrenaría junto al Quilapayún el año 1987.

- Que si bien Eduardo Carrasco, director artístico del conjunto, había dejado la escena, y casi no se escucha su voz en el disco, tiene una participación al recitar las palabras al cierre de la Obra Oficio de Tinieblas.

-Que la obra Oficio de Tinieblas nunca ha sido interpretada por Quilapayún en Chile, y fue estrenada en Chile el año 2010 en Quilpué por la Orquesta Andina .


Y que mas?

A escuchar el disco


Lado A:
1. Papaya rock. (Música: Eduardo Carrasco. Arr: Eduardo Carrasco.)
2. Es el colmo que no dejen entrar a la Chabela (Texto: Eduardo Carrasco. Música: Patricio Wang. Arreglo: Eduardo Carrasco y Patricio Wang)
3. Sencillo (Música: Eduardo Carrasco. Arr: Eduardo Carrasco.)
4. Canción del llamado (Texto: Eduardo Carrasco. Música : Hugo Lagos. Arreglos: H. Lagos y E. Carrasco)
5. Re-volver (Texto: Eduardo Carrasco. Música: Desiderio Arenas. Arr: E. Carrasco.

Lado B:
1. Transiente (Música: Patricio Wang. Arr.: Patricio Wang)
2. Tutti-Frutti (Texto y música Eduardo Carrasco. Arr.: Quilapayún)
3. Complainte de Pablo Neruda (Texto: Louis Aragon. Música: Eduardo Carrasco. Arr: E. Carrasco)
4. Rondeau de Bach (Música: J. S. Bach. Arr.:E. Carrasco)
5. Oficio de tinieblas por Galileo Galilei: Texto: Desiderio Arenas. Música: Patricio Wang)






3 comentarios:

Unknown dijo...

Hay un dato no menor, el ingeniero de los discos "La Revolución y las estrellas", "Tralalí, Tralalá" y "Survarío" fue Daniel Michel, él mismo ingeniero que fue clave en el sonido de los discos claves de Los Jaivas, como "Alturas de Macchu Picchu", "Aconcagua" y "Obras de Violeta Parra".

DISCOTECA NACIONAL dijo...

Gracias por tu comentario!

Anónimo dijo...

La edición chilena de este largaduración lo sacó la Emi Odeón, en formato casete, el año 1989 (5 años después de la original francesa), respetando el formato original en cuanto a núnera de canciones, orden y portada.