Con el retorno de la democracia en Chile, llegó a nuestras salas de cine una película dirigida por un compatriota: Miguel Littin. El filme, centrado en la figura de Sandino, fue realizado con capitales y actores españoles, y tuvo cierta repercusión en el medio local. En ese entonces, para mí, Sandino y la Nueva Canción Chilena estaban naturalmente conectados, por lo que me llamó la atención que la música fuera encargada a Joakin Bello, un músico asociado en esa época a los teclados, los sintetizadores y a una búsqueda sonora orientada a la meditación y la expansión de la conciencia.
Recuerdo haber visto la película algunos años después. Estaba claramente alejada de los parámetros del cine norteamericano a los que estábamos acostumbrados, y la música, pese a mi escepticismo inicial, no estaba nada mal.
Hoy, más de 30 años después, me reencuentro con esta banda sonora en formato CD. Al escucharla, se percibe una fusión interesante: instrumentos andinos se combinan con otros propios de la música de concierto, todo matizado con el uso de sintetizadores y teclados. El resultado es una mezcla sonora equilibrada, construida sobre composiciones transparentes, neutras, de una belleza natural, sin estridencias.
Joakin Bello es un músico chileno reconocido desde hace décadas como uno de los principales exponentes nacionales del género “new age”. Nació el 12 de noviembre de 1952 en Concepción, y más tarde se trasladó a Santiago, donde inició su formación en el Conservatorio Nacional de la Universidad de Chile en 1960.
En 1972 fue becado por el Ministerio de Cultura de la entonces URSS para realizar estudios de postgrado en Moscú. Durante cinco años fue discípulo de destacados maestros de polifonía, filosofía, piano y, especialmente, se enfocó en el violín y la composición.
Finalizados sus estudios, regresó a Sudamérica para desempeñarse como Primer Violín de la Orquesta de Cámara "Solistas de Buenos Aires" y como profesor de violín en Argentina. Luego se trasladó a Europa y se estableció en Madrid, donde se interesó por el folclore y la canción popular. En ese periodo también comenzó su práctica de yoga y meditación, viajó a la India y compuso más de cien canciones de contenido místico.
En 1987 incursionó en la música electroacústica, combinando instrumentos tradicionales con sonidos de la naturaleza. Así nació Detrás del Arcoiris, el primer disco compacto producido en Chile. Con su álbum Preludios, también marcó un hito al realizar la primera grabación digital del país, difundida por Radio Horizonte.
En 1989 se radicó en Estados Unidos, donde fundó su propio sello discográfico: TOTAL MUSIC, un nombre que refleja su visión musical integral. Según el propio Bello:
“La Música Total propone un nuevo universo sonoro de síntesis e integración al combinar el eterno curativo canto de la naturaleza con los instrumentos del pasado y del presente, y el poder y la pureza de la electrónica y la computación, otorgando así una nueva dimensión a la tradición y abriendo una ventana al futuro.”
(Más información sobre Joakin Bello en joakinbello.com/bio)
Su camino también se cruzó con el del grupo Ortiga. Según se relata en una nota sobre la agrupación, durante la década de los ochenta en Chile el grupo participó activamente en un circuito junto a artistas como el trovador Eduardo Gatti, la cantante Paula Monsalve y el propio Joakin Bello.
“Hubo especial sintonía con Bello, quien también había estudiado música en la Universidad de Chile. La amistad se extendió hasta coincidir en un modo de vida más espiritual y vegetariano. 'Sintonizamos mucho con eso y Joakin se acercó a nosotros de igual manera, sellando una amistad muy valiosa', recuerda Velis.”
Esta relación influyó incluso en el repertorio del grupo, incorporando creaciones de Bello como Himno de la paz, América del Sur y Biobío. Dentro del conjunto, esta nueva sensibilidad impactó especialmente a Velis, Valladares y Torres, miembros fundadores. Con una nueva visión del arte y la vida, Ortiga comenzó a vivir una transformación que marcaría su rumbo hasta el día de hoy.
Durante la década de los 90, esta evolución los llevó a acercarse más a la estética New Age, integrando elementos de la World Music en su propuesta sonora.
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